La agricultura ecológica tiene como principales objetivos ofrecer alimentos saludables, con una mayor calidad nutricional. Un sistema de producción que prima la calidad frente a la cantidad, optando por rechazar el uso de fertilizantes químicos, mejorando el valor de su producción, respetando las características y potenciando la riqueza del suelo.

Para ello, los profesionales de este sector apuestan por usar materias orgánicas como puede ser el estiércol de ganado, el compost o la incorporación de restos vegetales, entre otros. Todas estas sustancias actúan como nutrientes naturales del suelo. Además, también se lleva a cabo una planificación del cultivo, rotándolos según la época del año y creando asociaciones de cultivo adecuadas. 

El programa Ecocomedores de Canarias tiene como finalidad ofrecer al alumnado una alimentación saludable, donde el valor nutricional de los alimentos sea el principal objetivo. Un camino que comienza en el campo, donde las productoras y productores hacen “su magia” usando las técnicas adecuadas. Métodos ecológicos que permiten la recolección de productos a unos niveles óptimos de calidad, frescura y sabor, que superan con creces los estándares habituales. 

El cultivo dentro de estos parámetros obliga al estricto cumplimiento de una serie de requisitos. No vale todo, por lo que hoy te contamos cinco curiosidades ligadas al uso de fertilizantes naturales en la agricultura ecológica, que pasa por “cultivar”  el suelo como fuente de riqueza del ecosistema agrario:

1. El uso de estiércol está permitido, pero debe proceder de explotaciones de ganado criado de forma ecológica. Se utilizará preferentemente tras su transformación en compost. En caso de que no sea posible disponer de estiércol ecológico, se permite aplicar bajo algunas circunstancias excepcionales el que venga de granjas convencionales, pero nunca de explotaciones intensivas.
2. El humus de lombriz es un fertilizante con un alto contenido en bacterias y con PH neutro, que se obtiene de la descomposición de residuos orgánicos por parte de estos invertebrados.
3. El abono verde es una de las técnicas de enriquecimiento del suelo, que consiste en la plantación de leguminosas y gramíneas que se incorporan posterior al suelo.
4. El mantillo, acolchado o mulching es el uso de restos vegetales que se colocan en superficie o de productos como serrín, virutas de madera, pinocha, corteza de pino u otros materiales orgánicos similares, que no hayan sido tratados con productos químicos, para que se vayan descomponiendo de forma lenta y progresiva. Va suministrando al terreno los nutrientes que las plantas necesitan, actuando como un abono de liberación lenta. Contribuye a mantener la humedad del terreno y mejora el drenaje del mismo, evitando los encharcamientos.
5. El compostaje es un proceso en el que mediante la descomposición de residuos orgánicos, materia vegetal y animal, se obtiene abono. En el proceso intervienen una gran diversidad de microorganismos, que precisan de una humedad y composición adecuada para obtener sustratos ricos en poblaciones microbianas libres de patógenos, lo que ayuda al mantenimiento de la fertilidad natural del  de la tierra.