Loly Hernández ha sido la capitana a los mandos de la cocina del CEIP Princesa Tejina durante mucho tiempo. Ahora, esta cocinera, que también ha formado parte muy presente del Programa Ecocomedores de Canarias, se jubila. Pero, como ella misma dice “no puedo estar parada y trataré de seguir dedicándome a promover la alimentación sana, porque es una manera de vivir y aportar algo a este mundo”.
Para esta cocinera veterana, la alimentación “forma parte de la vida y de todo”. Por ello, considera vital enseñar desde edades tempranas cómo tener una buena alimentación y una nutrición equilibrada. Loly lo ve como un cuidado para el futuro, ya que “vale más invertir en alimentación ahora, que después en enfermedades cuando sean adultos”.
Asume que la labor de transmitir una alimentación sana y completa es algo que se va consiguiendo poco a poco. Para ella, el alumnado no es el único que está aprendiendo, “también los propios adultos aprendemos”. Su intención ha sido incorporar alimentos nuevos, insistiendo un poco y probando un sabor diferente cada semana. Las verduras, esas que tanto suelen costar a niños y niñas, han sido un reto que no ha podido frenar a esta cocinera. “Te propones metas y ves como vas consiguiendo logros. Estamos intentando quitar, dentro de lo que podamos, la proteína animal y basando el menú en granos, cereales, frutas, verduras y hortalizas para completar una dieta más equilibrada”, cuenta. Las ensaladas y potajes han sido su mejor herramienta.
Loly, junto al equipo de cocina del colegio ubicado en Tejina (Tenerife), forman parte de Ecocomedores desde hace siete años. Agradece al Programa todo lo ofrecido y, sobre todo, la formación e información aportada. “La formación del personal de los comedores es muy importante, como es la de los docentes. Se trata de la nutrición del alumnado”, declara.
No muestra duda al afirmar que la filosofía promovida por Ecocomedores es el camino a seguir, tanto a nivel colectivo como individual, ofreciendo productos locales, ecológicos y de temporada. “Estoy convencida de que aportaríamos mucho a este planeta, que lo tenemos tan maltratado, y, sobre todo, a la educación del alumnado”, sostiene Loly.
Con un tono apenado, pero con la sonrisa que la caracteriza, cuenta que su etapa laboral está llegando a su fin. Para ella es un alivio que el equipo directivo esté implicado y considere fundamental seguir trabajando en la alimentación del alumnado. Espera que la persona que la sustituya siga involucrada con el Programa. En este sentido, argumenta que “se necesita la colaboración de todas las partes implicadas para que esto funcione y tenga sus resultados”.
Loly destaca que, “a nivel personal, ha sido una experiencia tremenda”. No solo en lo referente a la gestión de cocina en el centro educativo, sino “lo que te llevas aprendido también a un plano personal, a tu casa”. Para ella no hay que esperar a que las instituciones hagan campañas. Con estos años de experiencia y sabiduría sobre sus hombros, tiene claro que “si queremos cambiar este planeta, tenemos que empezar desde nuestras propias casas y en los colegios”.
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