Juana del Castillo siempre ha estado vinculada a la agricultura y a la ecología. En su momento, era cliente del primer puesto ecológico que hubo en el mercado de La Laguna. Desde muy joven está convencida de que la ecología es el camino correcto para la agricultura. En 2018, comenzó a cultivar sus propias frutas, verduras y hortalizas de manera ecológica. A día de hoy, participa en el Programa Ecocomedores de Canarias y cuenta con un pequeño servicio de ventas a domicilio.
¿Cuál ha sido tu vinculación con la agricultura? ¿Y cómo comenzaste a dedicarte a ella de manera ecológica?
“Mis padres eran agricultores, por lo que desde pequeña he estado en contacto con el medio rural y sé cómo se trabaja. Asimismo, trabajé mucho tiempo como dinamizadora social con gente del medio rural. Los/as agentes de desarrollo rural y dinamizadores sociales tratábamos de fomentar la agricultura ecológica entre la población. En 2018, no tenía un hueco laboral claro, por lo que pensé en seguir los pasos de lo que promovía como dinamizadora, de probar y ver qué podía salir. Se trató de dejar de decirlo y empezar a hacerlo, llevarlo a la práctica. Esa es un poco la razón de por qué estoy aquí ahora dedicándome a la agricultura ecológica”.
¿Cómo adquiriste conocimientos sobre agricultura ecológica?
“A pesar de que siempre me ha interesado, no he estudiado agricultura en sí. Además de lo que me enseñó mi familia, trabajé dos años en una finca ecológica en Inglaterra. Ahí aprendí muchas cosas. También hice algunos cursos sobre el trabajo en el suelo y otras temáticas. No obstante, se trata mucho de la práctica y la experiencia. Desde que empecé hasta ahora, he aprendido mucho más”.
¿Consideras que la agricultura ecológica es necesaria?
“Sí, por supuesto. Es algo que tengo muy claro desde que era joven. Para mí la agricultura tiene que ser ecológica. En realidad, siempre había sido así hasta que aparecieron los productos químicos y parecía que lo convencional iba a dar más dinero. En casa de mis abuelos y mis padres lo que se hacía era agricultura ecológica. La gente tenía sus animales, producía su estiércol…Todo se reutilizaba, se gestionaba de manera ecológica y con economía circular. Ahora parece que son términos nuevos, pero en su momento era así. Tengo clarísimo que hay que retomar esas prácticas”.
¿Qué les dirías a agricultores/as de convencional que todavía no se convencen de transicionar a ecológico?
“Les diría que la agricultura ecológica no es más difícil. Es verdad que requiere más tiempo de dedicación. Claro que es más fácil comprar un saco de químicos que tener tus propios animales, amontonar el estiércol, compostarlo y luego ponerlo en la huerta. Sin embargo, es un trabajo que vale la pena y es muy gratificante tanto a nivel personal como medioambiental. Además, el factor de una alimentación más sana es clave. Pienso que una parte de nuestros problemas de salud actuales se derivan de los agroquímicos. La agricultura ecológica garantiza productos mejores y, por tanto, una mejor salud”.
¿Qué implica para ti el Programa Ecocomedores como agricultora?
“El Programa Ecocomedores está muy bien. Como agricultora, destaco la garantía y tranquilidad que ofrece su organización, asegurando que podrás vender tu producción. Es estupendo que Ecocomedores confíe en agricultores/as de las islas. Se está fomentando la producción local, una organización para responder a la demanda y se está generando economía. Estamos trabajando para que todo sea más sostenible, para producir nuestra propia comida. Cuando cultivas, estás creando redes, comercio y producción en las islas.
Además, me parece muy interesante que estemos ofreciendo a todo el alumnado de los colegios, más allá de las familias que se lo pueden permitir económicamente, una comida más sana cultivada de manera local. Estamos contribuyendo a su salud y a que crezcan, trabajando desde la base”.
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